
la voz de las EXPERTAS
CARMEN BES ROZAS
Soy Carmen, psicóloga , formadora y amante de lo sencillo.
Considero a la naturaleza la maestra más sabia.
Me gustan las personas de palabra, aquellas que quieren transformar su vida y luchan por conseguirlo con valor y determinación.
Viajar me alimenta el alma y escuchar a los mayores el corazón.
Me gusta imaginar la vida como un camino que explorar en el que tengo como misión ayudar a las personas a respetarse, a encontrar un propósito y disminuir el sufrimiento que inevitablemente aparece en el camino.
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Cuándo Leyla me preguntó que si escribiría un post para su web acerca de la terapia breve estratégica, me sentí abrumada y muy agradecida. Admiro a Leyla desde que la conocí trabajando juntas en el mundo empresarial dónde conectamos en nuestra manera de entender la vida y aquí seguimos en conexión e intentando poner nuestro granito de arena en la construcción de un mundo mejor.
La clave del éxito en la terapia psicológica, para mi, consiste asumir nuestra responsabilidad respecto a lo que nos ocurre en la vida para poder así dirigirnos al cambio.
Me resulta difícil posicionarme dentro de un único modelo para ayudar a las personas a resolver sus problemas, pero sin duda, me siento muy cómoda los modelos de terapia de 3ª generación. Me especialicé en Terapia Breve Estratégica (TBE), así como también en Mindfulness y sigo aprendiendo constantemente de la terapia de aceptación y compromiso (ACT). Desde mi perspectiva, todos estos enfoques terapéuticos son los más eficaces y lo afirmo no sólo por el tiempo que dedico al estudio sino porque lo observo cada día en la consulta y en mi propia vida.
¿Qué es la Terapia Breve Estratégica?
Intentaré explicar en qué consiste la Terapia Breve Estratégica de la forma más sencilla que sea capaz y para ello me centraré en aquellos aspectos que la diferencian de forma más explícita de otros modelos de terapia, aunque advierto que al leerlo seguro que pueden encontrarse similitudes con otros modelos que tengan como elemento central la acción y la aceptación, tal y como es, la terapia de aceptación y compromiso (ACT).
En primer lugar, quiero señalar que el foco de atención de un terapeuta estratégico es la relación interdependiente que cada persona vive consigo mismo, con los demás y con el mundo, teniendo presente que existen tantas realidades como personas, es decir desde el modelo de la terapia breve estratégica consideramos que las personas construimos la realidad que vivimos a través de la relación activa entre nosotros y lo que vivimos. Así que el objetivo de la terapia es conseguir el buen funcionamiento de estas relaciones para cada persona teniendo en cuenta el contexto en el que se encuentra.
En segundo lugar, en terapia breve estratégica, en lugar de preguntarnos el por qué una persona tiene un problema nos preguntamos cómo funciona el problema. No es que el por qué algo ocurre no sea importante sino que desde esta perspectiva preguntarnos el por qué, puede llevarnos a centrarnos en las causas, es decir en el pasado, pasado dónde se incrementa la tendencia de buscar culpables y eso en muchas ocasiones y especialmente al inicio de la terapia dificulta la capacidad de encontrar una estrategia de solución.
El terapeuta analiza las soluciones intentadas por la persona y su entorno para solucionar el problema que no han funcionado y que ahora forman parte del mismo, P.Watzlawick explicaba que si una solución no funciona, no sólo no resuelve el problema sino que lo mantiene en el tiempo. Se analiza la lógica del problema que la persona presenta, de tal manera que, las nuevas soluciones que se aportan, sigan una lógica distinta a la usada anteriormente, ya que repetir el mismo tipo de soluciones no va generar los cambios que deseamos y va a incrementar el nivel de frustración de esa persona que comenzará a creer que no
Me explico: Imagina que una persona acude a terapia y explica que tiene pensamientos negativos acerca del futuro que le generan ansiedad y un alto nivel de sufrimiento. ¿Qué crees que con toda probabilidad habrá intentado esa persona para resolver su problema? ¡Bingo! Intentar no pensar en ello (solución intentada disfuncional) y evidentemente no lo ha conseguido sino que además ha agravado su problema ya que los humanos no tenemos la capacidad de controlar aquello que pensamos y además al intentarlo se incrementa nuestro nivel de ansiedad. Es decir, el intento de control de sus pensamientos, ha llevado a esa persona a un mayor descontrol y cada vez su pensamiento se ha vuelto más obsesivo e intrusivo. Y es que, querer no pensar, ya es pensar.
Es muy importante, identificar todas aquellas soluciones intentadas llevadas a cabo por la persona, ya que es necesario bloquear todas esas estrategias que están empeorando su problema. Los humanos somos especialistas en complicarnos la vida y sólo muy pocos son capaces no solo de no hacerlo sino de transformar las cosas complicadas en simples. De hecho, somos especialistas en autoengañarnos, encontrarnos que no tenemos otra alternativa o que esa es la mejor opción para nosotros, si bien en la mayoría de las ocasiones, lo que hacemos o evitamos hacer como única finalidad tranquilizarnos, disminuir la ansiedad o el malestar a corto plazo, pero al comportarnos de esta forma confirmamos nuestra idea de que no somos capaces de afrontar la situación y mantenemos así esa realidad tan dolorosa de la que somos prisioneros.
En terapia breve estratégica es vital el tipo de comunicación que se establece entre terapeuta y paciente. Se trata de conectar gracias al lenguaje persuasivo con el corazón del paciente, con su emoción, pues es la emoción la que decide en nuestras vidas. Decía L. Wittgenstein que las palabras son acciones, y así es en cierta manera, el lenguaje que se utiliza en terapia debe adaptarse a la persona y su objetivo es evocar en ella esa emoción que movilice toda su energía para transformar su vida.
Gracias a las metáforas y las analogías, así como al diálogo estratégico, se identifica la primera oportunidad para generar un cambio de la manera más rápida y eficaz, teniendo en cuenta que desde la TBE el único camino para conocer una realidad es interviniendo sobre ella en lugar de únicamente analizarla, se lleva a la persona a hacer algo nuevo que le produzca una experiencia emocional correctiva que le haga percibir su realidad actual desde otra perspectiva. Es por ello que en terapia y desde la primera sesión, se proporcionan prescripciones que pueden parecer extrañas o ilógicas pero que tienen toda una lógica detrás ajustada a las características del problema que presenta la persona que acude a terapia, es decir, las soluciones propuestas se adaptan a la persona, el problema que tiene, a su contexto, el sabio Ortega y Gasset ya decía: “soy yo y mis circunstancias”.
El proceso terapéutico se desarrolla estrategia tras estrategia para conseguir los objetivos establecidos con el paciente y se va ajustando según los efectos observados después de cada sesión, así que si algo no funciona, se modifica, ya que como profesionales no debemos dar por sentado que las cosas tienen que ser cómo nosotros pensamos, es nuestra obligación basarnos en la realidad. Desde la TBE, cambiamos para conocer, porque solamente podemos saber cómo funciona en su totalidad un problema cuando lo hemos intervenido y resuelto.
Conseguir este cambio no es nada fácil porque es mucho más fácil hablar de una cosa que hacerla, pero hablar no es hacer, así que para ayudarnos a conseguirlo, en TBE seguimos una serie de estrategias que están basadas en la aplicación de un modelo lógico de intervención riguroso y preciso, siendo siempre la solución la que se adapta al problema de la persona que viene a terapia. Se dispone de diferentes protocolos de intervención en función del problema de la persona (fobias, ataques de pánico, trastorno obsesivo-compulsivo, depresión, estrés post-traumático, trastornos de la alimentación, etc.)
La Terapia Breve Estratégica no se centra en la modificación de los pensamientos o ideas que tenemos acerca de las cosas, el objetivo es modificar la interpretación que hacemos de la realidad que nos llega a través de los sentidos, ya que es esa interpretación la que nos hace sufrir. Se trata de ampliar la perspectiva de la persona para resolver sus problemas, crear una nueva manera de ver las cosas que desde la acción y la emoción le aporte satisfacción en su vida y le acerque a ser esa persona que desea ser.
Me gusta mucho una frase de Lao Tse que dice: “Aprende a escribir tus heridas en la arena y tus joyas en la piedra”. Ese es del deseo que me acompaña cada vez que alguien me elige para ayudarle en su proceso de terapia y mi compromiso es el de utilizar todas las herramientas que tengo a mi alcance para ello, y una de ellas como os he mostrado a lo largo del post es la terapia breve estratégica.